Exposición de motivos


Muchas letras y pocos santos.
Ahora por fin, con paciencia y humildad infinita. La comida estará cuando tenga que estar, ni un minuto antes, ni un minuto después. Lo que se pretende es ofrecer un menú del día (que no diario) digno, económico y más o menos variado; dieta lectiva, de temporada, de la que me (te) da fuerzas para continuar remando.
No se aspira a tener una carta extensa, tener demasiado para escoger provoca agobio e indecisión. Sólo se sacará una nueva receta cuando se tenga el convencimiento de que estará rica.
Removeremos el contenido de la olla las veces que haga falta. Jamás se considerará un plato finalizado, se rectificará continuamente de adjetivación, de puntuación, de ortografía… Será imperceptible, pero cuando repita, la nueva toma seguramente tendrá un toque distinto a la anterior. Es la única manera que sé de cocinar, lo siento.
Como se puede ver la decoración del local es un tanto espartana, pienso que un comedor excesivamete recargado distraería del objetivo, aquí hemos venido a leer, aquí se sirven palabras escritas a la Mitácora.

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