Jornada de reflexión

Pertenezco a la minoría que decide quien gobierna. Porque no siempre voto al mismo partido político.
Y es que no voy a la urna como a un estadio de fútbol, con la bufanda puesta, el rostro coloreado, dispuesto a llamar siempre hijoputa al árbitro, defendiendo que si se cae un jugador de nuestro equipo en el área contraria siempre es penalti, y si se cae el jugador del equipo contrario en la nuestra siempre se ha tirado. Ni tampoco voy al colegio electoral como un manso al establo, con las orejeras puestas, preocupado únicamente de que no le falte la alfalfa del pesebre.
Dejadme tranquilo, no soy un hincha, no tengo el estómago agradecido, mi reflexión es importante, de mi depende quién gobierne la próxima legislatura.
Lo malo de pertenecer a una minoría es que nunca gobiernan para ti. Aunque decidas. Es el precio de la responsabilidad y de la decencia.
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Posdata: votar es siempre una fiesta.

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