La esperanza

Sí existe el amor. Que yo lo vi.
No llama la atención porque viste de diario. Porque las expectativas sobrepasan siempre al resultado del concepto. Pues en verdad nunca gana, pero no es menos cierto que jamás pierde. Que siempre está ahí, con las manos destrozadas de agarrarse a todos los clavos ardiendo. Que cuando habita un espíritu desierto sobrevive en forma de egoísmo hasta que su anfitrión sienta plurales los deseos.
El otro día la calle estaba embuchada de toda clase de vehículos, maciza. Llovía, ya sabéis: no valen los cláxones más que para desahogarse, tampoco sirven los semáforos, y se desconoce quien fue primero, si el agente municipal o el embotellamiento. Allí estaba yo: atrapado en un atasco de proporciones capitalinas. Noté primero el cambio en el gracejo de los pitos, ya no insultaban ni se quejaban, ahora el tono era unísono, apremiante, avisaban a la manada de que algo iba mal, que había que estar atentos. Al rato se escuchó una sirena acercándose, no me sorprendió, mis congéneres me habían advertido... Suspiré... "Lo que faltaba", me dije... "A ver ahora por donde viene"...
A medida que aumentaba el volumen del lamento sintético arreciaban más los pitidos, la progresión del jaleo me afilaba los nervios, miré hacia atrás pero aún no se veía venir la urgencia. Hubiera querido que se desviara por una bocacalle evitándome así problemas. No fue así. Pasados unos minutos las luces anaranjadas centelleaban en el retrovisor y los aullidos me resoplaban en el cogote... Instintivamente embragué y metí primera ...
Creedme cuando os digo que, desbaratando mis leyes de la física, surgía un carril al apartarnos todos y cada uno de los conductores con ese propósito concreto, por el que colaba como una flecha una ambulancia que venía haciendo la contrarreloj más seria.
Pensé entonces que no era necesario estar frente al mar rojo hace milenios, junto a un señor con túnica, barbas grises, cayado y cara de Charlton Heston, para presenciar el milagro de que se retiren las aguas para dejar pasar al sufrido pueblo.
Lo he visto. Lo sé.

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